Hace tiempo que etiqueté algunas plantas de casa con la ayuda de los palos de los helados pero con el tiempo y la humedad se han ido pudriendo. Ahora creo que he dado con una solución duradera. He utilizado el plástico de un envase de suavizante. Se trata de polietileno de alta densidad (HDPE) con un espesor aproximado de 1mm y color translucído. Estas dos características facilitarán la rigidez suficiente de la etiqueta y que se vea bien el rótulo. Las he cortado con la ayuda de un cuter y una tijera; con el primero, si está en buen estado, se corta casi como la mantequilla. Antes de cortar cada una de las etiquetas, de distintos tamaños, por cierto, he seleccionado las caras más planas del envase, para facilitar el rotulado de las mismas y su correcta lectura posterior. Las he rotulado con un rotulador indeleble. Espero que me duren mucho aunque tal vez tenga que repasar las letras en alguna ocasión (dependerá del resultado que de la tinta de estos rotuladores en su exposición a la intemperie). Espero que os sea de utilidad esta idea, que a mi me vendrá de lujo dada mi mala memoria a la hora de recordar los nombres de las plantas con las que comparto hogar.
17/4/20
17/1/20
Luz trasera bici. Reparación
No es la primera vez que se me rompe
el enganche de una de estas luminarias ¿podría considerarse un
ejemplo de “obsolescencia programada”? Yo creo que un poco sí.
Bueno, no me enrollaré. El caso es que, ha llegado el punto en el
que ya no me quedaba ninguna útil (con el enganche sano) y he tenido
que recurrir al bricolaje para poder salvar una de ellas.
Os
explico como lo he hecho. Ha sido tan sencillo como cortar una tira
de chapa de aluminio* de poco espesor (la tira ha de tener el ancho
justo del hueco que tiene la luminaria para el enganche) y doblarla
por la mitad, aplastando después el pliegue con uno o dos golpes de
martillo, dejando bien juntas las dos patas de la pieza. Con una
broca pequeña he hecho un agujero en la chapa, estando colocada en
la luminaria, dejando que penetre ligeramente en esta. Hay que tener
la precaución de sacar de la luminaria el circuito electrónico así
como las pilas antes de taladrarla, para evitar estropearlos. Luego
he afianzado la nueva pieza con un tornillo pequeño con rosca chapa.
Y, por último, he doblado en “V” la tira para poder engancharla
en la bici.
Si
no tenéis chapa de aluminio en casa también se podría recurrir a
otro metal maleable, como el de alguna lata de conservas, etc, pero
en ese caso tened cuidado con los bordes, por aquello de los cortes.
Como
habéis podido comprobar, este es un arreglo bastante económico,
tanto en tiempo como en dinero; esto me agrada bastante pero no tanto
como la satisfacción de no tener que tirar el aparato a la “basura”
para adquirir uno nuevo (aunque se pueda encontrar a la venta
bastante barato).
(*)
Aleación de aluminio.
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